los días que quedaron en el (ahora) viejo calendario, dejaron mucho. Y aunque los días venideros siguen teniendo 24 horas (“para los asuntos cotidianos”), parecen traer nuevas espectativas que agregar a la lista de triunfos y fracasos.
Esos días dejaron la instrucción de no confiar demasiado en los demás y no dejar que confíen demasiado en mí, pues sucede que aún no soy lo suficientemente grande y fuerte que creía. Ya no importa cuán débil me muestro; sin pretenderlo, descubro que no me puedo comer al mundo de una mordida. Es necesario aceptar las caídas*, pues siempre te toparás con ellas.
Soledad: A veces es necesaria.
Compañía: Hay que procurarla y cuidarla.
*Amistad: Existe….pero vuelvo a lo de la confianza. Antes de saltar, hay que abrir los ojos y mirar dos veces; Otras veces, cerrarlos y dejarse caer. Permanece quien quiere permanecer.
*Amor: “…No deje el camino por coger la vereda”.
Responsabilidad: Si no se está a la altura, puede costar caro.
Educación: Autodidacta, mayoritariamente.
Familia: Todo.
Vivir: Viajar, cine, libros, amigos, drogas (legales y no), amor, sexo, familia, pasiones y trabajo (porque el dinero sigue siendo necesario).
No quiero seguir mirando la bandeja de entrada, esperando. Permanece quien quiere permanecer. Y si lo pienso bien, tengo todo lo mejor que pude haber, si quiera, esperado.
Porque la vida es ahora…
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