Semántica gastada
miércoles, noviembre 13, 2024
domingo, octubre 20, 2024
Era jueves otra vez...
Esperé llegar y verte en esa casa que dejó de ser sólo mía, que dejaste llena de ti. El fragmento de una canción bajo tu número telefónico me hizo pensar que te vería aquí. Me puse perfume, me acomodé el cabello; caminé despacio por la escalera. Abrí la reja, saqué las llaves que se escuchan desde lejos.
Pero no estabas. No había nada distinto en ese lugar que se vuelve más frío cada jueves.
Este sin sentido: intento dejarte ir y a la vez te sigo esperando.
Y venía el jueves otra vez. Vi tu fotografía de perfil, en blanco y negro. Minutos después desapareció, con todo rastro tuyo.
Era jueves otra vez, pasé de la emoción a la incertidumbre mezclada con ansiedad y sentimientos de injusticia con la vida; igual que en las últimas semanas.
Esta despedida obligada aspira a no retrasar tu encuentro con ese "algo mejor". Y si, por si acaso, no lo encontraras, te pido que por favor no me dejes sólo en tu lista de experiencias.
Todos los días pienso en ti, me gustaría que lo supieras. Me niego aún a aceptar que no te volveré a ver, que no cumpliremos la deuda más grande que nos tenemos.
Pero hoy me voy, porque esta despedida tiene un propósito, uno grande, y aunque haya distancia y silencio, no pienses que también hay olvido.
¿Dónde guardo todo el amor que me faltó darte y todo el amor que he tenido que seguir sintiendo, incluso aunque ya no estás? ¿Dónde se guarda el amor cuando se siente el corazón roto en mil pedacitos? Ojalá el viento se lo lleve todo, poco a poco. Y tal vez un día sientas la brisa tocar tu carita linda y sepas cuánto te sigo extrañando.
No sabes cuánto me ha costado no volver. Ver, tras la pantalla, un punto verde sobre esa fotografía tuya en un amanecer del fin de diciembre pasado, y no escribirte. En su lugar, te escribo diario en una conversación donde no estás, pero sí esa fotografía que nos gusta tanto, donde estamos juntas y usamos lentes de sol.
Perderte se ha vuelto uno de mis más grandes miedos, pero perderme es aún mayor hoy. Cómo podría amarte (y demostrarlo) si no me amo yo. Por eso sé que, la necesidad de ausentarnos en este momento requiere toda la energía y concentración para ocuparla en sanar y resolver lo pendiente.
Me cuesta irme, incluso de este texto, que pienso será el último que sí haga público. Dejaré de enviar señales. Dejaré de esperar ver las tuyas. Esta noche dejo de esperar verte en esta casa.
Por ahora, me quedo con mis sueños donde llegas a esta ciudad; con tu música; con el gato enojón que abrazo para sentirte cerca; con tu endulzante, y tu cepillo de dientes que sigue en mi baño. Con todo lo que me dejaste de ti, en mi, que a veces me hace sonreír y otras me duele hasta los huesos.
Si el fragmento de canción no era para mi, confieso que me lo adjudiqué: Me cuidaré y te pido que lo hagas también, porque no podemos hacerlo por la otra. Por ahora. Y en esta inmensa idea utópica que me acompaña, te pediría que me cuides, es decir, que te cuides, porque hoy siento que te pertenezco y me perteneces de una manera que no sé explicar. Y que, si la vida lo quiere, nos volveremos a ver para saldar las deudas que nos tenemos.
Era jueves otra vez, y hoy es domingo otra vez.
Adiós, Bonita. Te amo.
sábado, septiembre 14, 2019
"Un mar de lágrimas"
Todavía no aprendo cuál es la solución para el dolor. ¿Dolor?
No ser quién realmente eres, fingir. Mostrar siempre la menos mala cara y que no sea si quiera visible qué hay dentro, nadie debe saberlo. Te vuelves vulnerable, frágil, cual vaso de cristal al borde de la mesa, que al menor movimiento tiene el mayor de los riesgos. Que nadie lo vea, que nadie lo sepa. ¿Y si lo saben? Nada es personal, todo pierde su importancia. El mayor riesgo: todo pierde su importancia.
El tiempo ya pasó.
Las ausencias, el apego. La incertidumbre dándole tumbos al corazón y a la mente y a los recuerdos y a las promesas y a los anhelos.
El destino apresurado.
Este ha sido un buen día para empezar. Decir todo lo pendiente, no guardarnos nada porque las oportunidades se nos escapan, nos escurrimos entre nuestros dedos, tú de mi, yo de ti. Sin inocentes ni culpables. Y como hoy no queda más razón que esta razón,
Me vuelvo simple, nunca fui simple, nunca he querido serlo.
Con una lluvia de estrellas, aunque con una bastaría. Y tener la oportunidad de volver a empezar.
Cuánto desvelo por amor. Vuelvo a ser simple, con el viento en la cara y los puños apretados. Tanta química y tan poca física entre tú y yo. Esta noche con la luz apagada, 23:01. Y tengo tu olor bien metido en la memoria, ¿dónde si no? Y cada vez lo disfruto y lo sufro, taladra en lo más profundo, recordándome que en tu presencia pierdo el control y los tiempos no están para eso. ¿Y quiénes somos nosotros para cambiar el destino? Entonces me quedo aquí esperando que llegue la lluvia.
miércoles, mayo 10, 2017
Un sueño...
lunes, agosto 12, 2013
(In)Conciencia...
lunes, marzo 12, 2012
Esta vida me queda grande...
"Prefiero el abismo a más de lo mismo"
miércoles, febrero 22, 2012
Cuidado con lo que deseas...
¿Será que uno está mejor sin lo que tanto puede estar deseando?
Lo que necesito no coincide con lo que puedes ofrecer. No te culpo, ya has dado todo lo que está a tu alcance sin saber qué haces mal o qué haces bien.
¿Mientras tanto qué hago? Sigo esperando, esperando sin saber realmente qué espero...
sábado, enero 14, 2012
ME
domingo, diciembre 25, 2011
sábado, noviembre 05, 2011
domingo, agosto 28, 2011
¿Cómo era antes?
Buscaría un fondo más alegre para mis letras y un presente más amable para mis días, pero ninguno existe aún.
Pálida sensatez que te has estado yendo a la sombra de esta noche con ausencias. Pero el tiempo está pasando.
Otra vez son sesenta segundos más tarde...
Voy a cerrar los ojos.
A dónde se fue todo...