sábado, septiembre 14, 2019

"Un mar de lágrimas"

¿El dolor es temporal?

Todavía no aprendo cuál es la solución para el dolor. ¿Dolor?

No ser quién realmente eres, fingir. Mostrar siempre la menos mala cara y que no sea si quiera visible qué hay dentro, nadie debe saberlo. Te vuelves vulnerable, frágil, cual vaso de cristal al borde de la mesa, que al menor movimiento tiene el mayor de los riesgos. Que nadie lo vea, que nadie lo sepa. ¿Y si lo saben? Nada es personal, todo pierde su importancia. El mayor riesgo: todo pierde su importancia.

El tiempo ya pasó.

Las ausencias, el apego. La incertidumbre dándole tumbos al corazón y a la mente y a los recuerdos y a las promesas y a los anhelos.

El destino apresurado.

Este ha sido un buen día para empezar. Decir todo lo pendiente, no guardarnos nada porque las oportunidades se nos escapan, nos escurrimos entre nuestros dedos, tú de mi, yo de ti. Sin inocentes ni culpables.  Y como hoy no queda más razón que esta razón,

Me vuelvo simple, nunca fui simple, nunca he querido serlo.

Con una lluvia de estrellas, aunque con una bastaría. Y tener la oportunidad de volver a empezar.

Cuánto desvelo por amor. Vuelvo a ser simple, con el viento en la cara y los puños apretados. Tanta química y tan poca física entre tú y yo. Esta noche con la luz apagada, 23:01. Y tengo tu olor bien metido en la memoria, ¿dónde si no? Y cada vez lo disfruto y lo sufro, taladra en lo más profundo, recordándome que en tu presencia pierdo el control y los tiempos no están para eso.  ¿Y quiénes somos nosotros para cambiar el destino? Entonces me quedo aquí esperando que llegue la lluvia. 

No hay comentarios.: