Hace unos días me hice una pregunta y es que no lograba entender qué me está pasando. Busqué y esto fue lo que me encontré en la red.
No colocaré todo el texto, sólo una parte, dado lo largo que es.
Cuando evolutivamente aparecieron los organismos sexuados, también se originó un problema: cómo los machos se iban a encontrar con las hembras para relacionarse sexualmente y perpetuar las especies. En los animales, los mecanismos de apareamiento y reproducción se han perfeccionado a tal grado, que han alcanzando una gran sutileza, ya que mediante una serie de señalizaciones químicas y sus respectivas estructuras receptoras logran acciones sumamente coordinadas y ordenadas en la propagación de las especies.
En humanos es muy complicado el estudio del sentimiento amoroso, sin embargo se sabe que: hay varios tipos de amor (materno, filial, propio, religioso, enamoramiento, etc.); madura con la edad, es decir se va conformando un mapa mental amoroso con base en la edad y las experiencias; se manifiesta por medio de mensajeros químicos que se perciben en estructuras especializadas llamadas receptores, que generan respuestas químicas en cascada que son incontrolables y que promueven una conducta explosiva llamada enamoramiento. Actualmente se sabe también que en cierto momento el camino químico del amor es común con el de las relaciones amistosas. Como se ve, las investigaciones científicas obligan a darle al amor dimensiones bioquímicas y genéticas.
Encontrar a la persona que nos atraiga es el primer paso, y es también una responsabilidad que suele atribuirse al sentido de la vista; Sin embargo, también entra por las fosas nasales. Esta afirmación se debe al descubrimiento de sustancias, que atraen o repelen a ciertos animales, llamadas feromonas, moléculas de bajo peso, que son lo suficientemente volátiles y resistentes como para viajar por el aire distancias cortas en humanos o largas como en los animales.
2a Etapa: Atracción (primera fase neuroquímica)
La feniletilamina se esparce por todo el cerebro y orquesta el caos llamado amor. Inicialmente, provoca un estado de semi-inconciencia, en el cual se suspenden todas las acciones cerebrales: la vista, que generalmente es periférica, se vuelve central, afocando como entre nubes al objeto causante del caos; se pierde el oído y, por ende, el habla; no hay sensación térmica en la piel ni equilibrio y se turba la coordinación de ideas y de movimiento. El cerebro juega trucos, al dejar de oír, sólo se distinguen sonidos internos, como las palpitaciones o los ruidos intestinales. Sin embargo, nuestro cerebro no puede quedarse así, todo el caos dura menos de un segundo (caeríamos por la falta de equilibrio), es momento de que el cerebro tome las riendas del cuerpo.
Para recuperar el control, el cerebro secreta dopamina o norepinefrina, ambos neurotransmisores, que estimulan al hipotálamo; éste último se comunica químicamente con la hipófisis, de ahí a la tiroides; luego al páncreas, las glándulas suprarrenales, y después, en el caso de las mujeres, con los ovarios; en el caso de los hombres, con los testículos. Al final de la comunicación química ocurre: cierre de vasos sanguíneos, venas y arterias periféricas; aumento de presión arterial; ligero aumento de temperatura; escalofríos; sudoración principalmente en cara y manos; aumento de frecuencia respiratoria, y por consiguiente, suspiros; al aumentar la frecuencia cardiaca se siente un vuelco. Después viene un aumento de glucosa en la sangre; dilatación de pupila; y contracción de estómago e intestino, lo que se interpreta como “mariposas en el estómago”; todo junto forma lo conocido como arrebato sentimental y el cuerpo se arquea.
3a Etapa: Afecto o enamoramiento (segunda fase neuroquímica)
Una vez que el primer encuentro acaba, el cerebro debe controlar el caos en el que se vio envuelto; es decir, nivelar las sustancias que fueron secretadas; para ello se activan los calmantes naturales por excelencia: endorfinas y encefalinas. Ambas son una auténtica droga, de hecho son los opiáceos del cerebro, y se esparcen para tranquilizar los órganos alterados; producen tranquilidad, calma, gozo y alegría, la risa en el rostro es inconfundible.
Después de todos estos procesos químicos, se produce oxitocina, que genera la urgencia de la sensación táctil, del contacto directo con la persona amada. En el caso de la amistad, se cierra el ciclo y puede convertirse en una relación duradera; sin embargo, para el enamoramiento, se necesita cada vez más el intercambio químico; así se llega al beso, donde olor y sabor se juntan, provocando una memoria a muy largo plazo.
4a Etapa: Pasión (fase neuroendocrina)
El proceso amoroso es como una bola de nieve que rueda por una pendiente: cada vez más grande y menos contenible; eventualmente, el ciclo se cerrará, para culminar con las relaciones sexuales; para ello los impulsos eróticos serán cada vez más intensos y con intervalos más cortos. Las glándulas suprarrenales aumentaran su producción de testosterona tanto en hombres como en mujeres. En el caso de los hombres, la cantidad de testosterona aumentará mucho, ya que se sumará a la aportada por los testículos. Para las mujeres esa pequeña diferencia en el aumento de testosterona provoca una especie de ceguera en el juicio y toma de decisiones, motivo por el cual no se oyen consejos y lo único en mente es estar con la pareja, aumentar el contacto físico y tener relaciones sexuales, con esto se cierra el ciclo amoroso.
1 comentario:
pero...a ver, ¿las dudas?
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