miércoles, febrero 04, 2009

Incierto!


Siempre se presentan situaciones en las que hay que tomar decisiones. Y aunque no se quiera desdeñar las anteriores, la presente parece tener relevancia trascendental.

Por un lado, está aquello que nos hace saber que la felicidad existe para uno; y por otro, las dificultades que hay que sortear para disfrutarlo. Nada en esta vida es dado gratuitamente (al menos no lo más valorado), hay que dar para recibir.
Pero qué pasa cuando lo que se da no es lo idóneo, por más que se desea no se consigue dar lo suficiente. Pongamos el caso de un ser querido, uno trata de darle lo mejor de uno mismo (sea lo que sea que signifique eso para cada quien), hacerle ver que es muy importante, sino es que la persona más importante sobre cualquier otra persona, cosa, momento, situación, lugar, etc. pero simplemente él/ella no lo siente así. ¿Qué se debe hacer en ese caso? ¿Buscar otras formas de demostrarlo? ¿Esperar que algún día se de cuenta? ¿Ignorar la situación? ¿Decírselo y decírselo, repetirle cuan importante es?

La situación es tal que, lo que uno concede como lo mejor puede no serlo para la otra persona, porque claro está que cada uno tiene sus propios afanes y anhelos.


Y realmente, la situación es tal que, lo que yo he escrito en estas líneas no es más que algunas palabras distribuidas y acomodadas de la mejor forma únicamente para mí.



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